martes, 26 de octubre de 2010

EL BOSQUE

Iba caminando por el bosque, en medio de una alfombra de hojas, cuando a lo lejos, divisé una seta muy graciosa y de buen tamaño. Curiosa, me acerqué a mirarla, cuando, de repente salió un enanito de dentro, enano que debía ser de la familia de Los Gruñones, porque con muy malos modales me dijo: “¡Tú, qué pretendes!, ¿me vas a tirar la casa o qué?”.
¡Casi me muero del susto!, a duras penas le dije: “No, por favor, yo soy muy respetuosa con todo el mundo”.
¡Sí, sí, respetuosa, ya, como todos!, me dijo. ¡Con lo que me cuesta pagar la dichosa hipoteca; humana tonta y pequeña…!, y dando un portazo en su seta, desapareció sin más.
¿Pequeña y tonta, yoooo?. A punto estuve de darle un manotazo a la seta y derribarle su casa, pero luego pensé: No lo voy a hacer, porque he dicho que soy respetuosa y sobre todo…, ¡porque yo no soy un banco!.
Me alejé muy contenta conmigo misma, ¡Ah, qué bonito es el otoño!

4 comentarios:

  1. :-)
    Menudo carácter el del enano.
    Un beso Mª José.

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  2. Ja ja ja Si fueras un banco no tendrías piedad. Hay que ver como está el patio, que hasta los enanitos han cerrado la mina y pagan hipoteca. A saber el destino profesional de Blancanieves en tiempos de crisis.

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  3. Hola Torcuato, gracias por leer el relato (jo, me ha salido un pareado), te animo a que sigas visitando el blog, lo iré llenando de cositas, y sí, el enano era de lo más gruñón.
    Besos.

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  4. Manu, ya sé qe yo no soy un banco, y también sé que Blancanieves ya está en el paro.
    ¡Esta vida es una ruina!. Si no te lo crees, vete a Gracia, la cuna de nuestra civilización y me lo cuentas.
    Besos

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